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Recordar por el olor a alguien,
algún lugar, incluso un momento determinado de nuestras vidas no es fantasía,
es el resultado de un recuerdo que creíamos olvidado, pero que está debidamente
registrado en nuestro cerebro.
Un estudio neurocientífico publicado en la revista Current Biology revela que los primeros olores ocupan un lugar privilegiado en el cerebro, lo que explica por qué la memoria olfativa puede llegar a ser tan vívida y hacernos volver inesperadamente al pasado.
La investigadora Yaara Yeshurun, del Instituto Weizmann de Israel, asegura que "La primera vez que asociamos un objeto a un olor se crea una huella profunda en el cerebro", y ocurre lo mismo si el olor es agradable o desagradable.
Citada por la revista española Muy Interesante, la experta aclara que según nuestro anterior paradigma las primeras asociaciones olfativas y las posteriores se recordaban con igual intensidad, pero hemos comprobado que no es así, que hay una memoria especial la primera vez que olemos algo.
Este mecanismo fabuloso es creado en nuestro cerebro por las regiones del hipocampo y la amígdala.
Señalan los investigadores que se trata de una impronta privilegiada, y observando en el momento de la exposición sería posible predecir qué asociación olfatoria va a ser recordada.
Además de permitirnos recordar el pasado, imágenes, sensaciones y personas, entre otros detalles de nuestra vida, esta particularidad de nuestra memoria olfativa podría con toda seguridad, tras seguir estudiándola, ayudar a quienes tienen recuerdos traumáticos y de este modo, intentar ayudarlos.
Margarita Carmona
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